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San Felipe de Jesús de las Casas Martínez

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Felipe de las Casas Martínez fue el último en tomar su cruz, al escucharse la orden del emperador todas la cruces fueron levantadas casi al mismo tiempo, los lanceros ya tenían sus armas listas y permanecían frente a los mártires  esperando la orden de la ejecución, más al alzar la cruz donde moriría Felipe su cuerpo se corrió hacia abajo a causa de quedarle muy baja la estaca sobre la cual habían puesto horcajadas.

Descripción

La presente investigación estudia los antecedentes históricos de la trayectoria de vida religiosa de San Felipe de Jesús.

Felipe de las Casas Martínez nació el primero de mayo de 1572  en la Cuidad de México, y fue bautizado ese mismo día. La posición económica de sus padres le permitió ser durante la infancia y juventud  un niño rico, misionero Franciscano y mártir, es el ejemplo de varias generaciones de católicos. En el ámbito religioso su vida es muy importante porque lo llevó a convertirse en el primer Santo de México. Pero ¿Qué es un Santo Patrono? Los humanos declarados santos fueron personas que se distinguieron por sus características morales, labor en beneficio de la sociedad y su comunicación con divinidades. A estos Satos los creyentes suelen invocarles apoyo en situaciones de emergencia individual o colectiva. Otro tipo de Santos también son denominados Santos Patronos cuando un colectivo los declara, invoca, y la súplica puede ser favorable o negativa.

Al abandonar la formación religiosa fue considerado un joven rebelde, pero sus padres lo incorporaron al negocio de la platería sin mucho éxito. Según un escrito de libro de catecismo sobre la vida de San Felipe, un día en casa de sus padres se discutían los negocios en las Filipinas por lo que don Alonso consideró que era una  buena idea que Felipe le ayudara con sus negocios allá.  Felipe partió a las Filipinas a bordo del galeón “San Felipe” que zarpó de Acapulco en el año 1590 y Felipe ya contaba con su mayoría de edad. Al llegar a las filipinas en lugar de dedicarse al negocio que le habían impulsado sus padres, Felipe de las Casas decidió tomar el hábito con los franciscanos en el convento de Santa María de los Ángeles de los Descalzos del Santo Padre San Francisco, de la cuidad de Manila, reconsideró la formación que abandonó en México y en las Filipinas ofreció su servicios cuidando a enfermos, además que por la devoción que sentía por Jesús de Nazaret  decidió cambiar  su apellido por “ De Jesús” . Luego de cuatro años de altruismo buscó ordenarse como sacerdote, pero en la Filipinas no había obispo. Por lo que decidió regresar a la ciudad de  México  y se embarcó en el puerto de Cavite. Sin embargo, una serie de fenómenos naturales  y desastres influyeron para que San Felipe de Jesús no pudiera regresar y terminaran en tierras japonesas.

Felipe de las Casas Martínez fue el último en tomar su cruz, al escucharse la orden del emperador todas la cruces fueron levantadas casi al mismo tiempo, los lanceros ya tenían sus armas listas y permanecían frente a los mártires  esperando la orden de la ejecución, más al alzar la cruz donde moriría Felipe su cuerpo se corrió hacia abajo a causa de quedarle muy baja la estaca sobre la cual habían puesto horcajadas, las argollas del cuello comenzaron a asfixiarle y sólo pudo decir ¡ JESÚS…JESÚS…JESÚS!. Al mirar aquello el jefe de la tropa de lanceros ordenó matarlo inmediatamente para evitarle más sufrimiento y de inmediato tres lanzas atravesaron su cuerpo al mismo tiempo, una por cada lado y la última por la mitad del pecho. Después su cuerpo se aflojó suavemente y su cabeza se inclinó, Felipe de Jesús de 25 años de edad había muerto, el primero de todos aquellos mártires.

Editorial: EDICIONES SAPIENTIA
Autor: P. Luis Felipe García Álvarez
Páginas: 248
Medidas: 24 cm Largo X 17 cm Ancho

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